Salí a caminar… la pena, la rabia y la soledad me consumían.
Pensé que podría tenerte, quería tenerte. Pero también tenía tanto miedo… miedo al
dolor, miedo al puñal, a retorcerme en alguna verdad. Verdad de la cual llevo
semanas tratando de evadir.
Evadir, escapar y ocultarme.
Culparme.
Este tiempo solo me he culpado, me ahogo en el vómito.
Recordar tus ojos, tu boca, manos… tus caricias y cuidados.
Tu risa… Todo lo bueno en torno a ti y todo el daño desmedido que te hice.
Ahora recuerdo bien…
Me recuerdo sola, me recuerdo devota y sola.
Nunca estabas para mí. Siempre tenías algo que hacer, no me
extrañabas ni querías juntarte conmigo… no me dejabas acariciarte, disfrutarte…
yo me frustraba y caí en la indiferencia… quería tu atención, que me vieras, escucharas
e importarte como te importé alguna vez. Quería ser única, perfecta y
maravillosa.
Mujer.
Y como nos juega malas pasadas la vida… como nos gustaba
jugar al gato y al ratón…
Yo me hacía a un lado y tu me querías de vuelta
Y sin aviso, como la mierda, sale a flote la verdad.
Todo se termina yendo a la cresta.
Se acabo, nos matamos. Nos amamos tanto en el pasado, pero
eso ya no se ve… hace mucho tiempo. Me equivoqué, pero reaccioné a tu dejo.
Tengo pena, te extraño… no sé si aun te amo, pero te siento tan mío… tu
recuerdo.
Vamos progresando,
ahora veo con más claridad…
Vamos en el segundo paso.
0 Ñoños:
Publicar un comentario