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viernes, 20 de noviembre de 2009

Otto, el aviador.

Entre entrañas y sangre, venas, sistemas, organos... hay un corazón.
Si, esa cosita musculosa, que actua como bomba y permite que la sangre fluya hacia todo el cuerpo a traves de las venas, se oxigena.
Hace tu -tum, tu- tum.
Lo curioso es que al mencionar su nombre y al ver su imagen, la sinfonia de ese palpitar se torna diferente.
Lo más curioso aun, es que no puedo decifrar la escala de dicha sinfonia. Es acaso una velada triste? De rabia? De lujuria?
Por qué deberia creer yo que lo que siento esta resguardado en este musculito?
A quien se le ocurrio inventar tal capricho!?
Sacaria cada pedasito vinculado a sus ojos. No, es cierto. Se lo regale.
Recuerdo la vez que se loo dí de color amarillo. El muy tonto me lo lanzo por la cabeza.
Devuelveme cada trozo, que yo aqui me lo pego con scotch!
Tal vez pueda surcirlo y hacerle unas flores bordadas, para que lusca más bello y alegre.
No, que los que vengan no vean sus heridas.
Si quieres, tambien puedo devolverte tus trozos.
Lo extraño, es que ya no los siento. No los veo.
Realmente me los diste?
En fin, ya no importa. Ahora solo soy yo.
El punto es que no sirve. "perdones las molestias! Temporalmente fuera de servicio"
Las entrañas lo acorralan entre cada pulmón.
Me provoca nauseas. Me falta el aire... Me hace sollozar.
Pero... yo sabia que iba a pasar!
Jaaaaaa que ironía!
que contrariedad!
que osadía!

Bueno, las ganas de mirar pa todos lados son pan de cada dia.
Traigo un par de ojos despiertos muy abiertos, pretendiendo no perderse nada!
Y asi lo haré.
Si, salí a vivir.

Si, aun tengo esperanzas.